Esta tendencia de uso de la IA y los centros de datos provocará un incremento significativo en la demanda energética de estos, generando un aumento del 15% en demanda de energía por la inteligencia artificial, que en un periodo 2023 a 2030 se requeriría aproximadamente 47 GW de capacidad para cumplir la demanda del crecimiento en esta industria.
El entrenamiento que se debe realizar a esta tecnología consume mucha energía e incluso esta puede generar residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), los cuales son los productos que están presentes en la vida cotidiana y para poder funcionar necesitan de la corriente eléctrica o de los campos electromagnéticos, pero que después de algún tiempo dejan de ser útiles de ser o funcionales (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, s. f.), estos son muy contaminantes en la naturaleza de por sí por ser metales pesados que se descomponen de manera lenta y si no fuera suficiente este puede liberar diferentes sustancias que contienen como el plomo, el cadmio, el mercurio, el cianuro, las dioxinas y furanos (Universidad Pontificia Bolivariana, 2021).