Memoria corporizada
El recuerdo con sentido
Nuñez Rodas Luis Antonio
Facultad de Psicología, UNAM
Julio 2021
¿Qué son nuestros recuerdos? ¿Son imágenes estáticas? ¿Son escritos? Probablemente sean olores, colores, texturas. Sensaciones y acciones del momento.
¿Qué son nuestros recuerdos? Introducción
La memoria se ha visto como este proceso que nos permite almacenar y recuperar información para futuras ocasiones, la conceptualización de este proceso ha tenido varios cambios, desde estudiarla como un almacén de información hasta un complejo red de etiquetas de tipo semánticas (Dijkstra y Zwaan, 2014). Esto como consecuencia de la postura tomada por la revolución cognitivista de mediados del siglo XX donde el interés estuvo centrado en entender a las funciones de la mente como producto de abstracciones de formas hasta cierto punto arbitrarias (Anderson, 2003).
Problemas
Entre los muchos problemas que generó esta postura encontramos al olvido del cuerpo y sus múltiples papeles a jugar en forma de sensaciones, acciones o estados corporales, esto a cambio de una perspectiva centrada en el cerebro, viéndolo como el que lidera la actividad cognitiva en todas sus características. Esto llevó a problemas como el de la cimentación y la transducción (Pecher y Zwaan, 2005) que es entender que las formas abstractas representadas carecen de sentido cuando se les intenta conectar a un mundo que no conocen y del cual no provienen.
Cognición corporizada
Propone dar importancia a las características del cuerpo del agente y su interacción con el ambiente físico y social (Gonzalez-Grandón y Froese, 2018) y la memoria se ha visto reconceptualizada desde la perspectiva corporizada (corporeizada), situada y extendida, dando lugar a interesantes hallazgos que nos hablan del rol que puede tener el cuerpo y ambiente para mejorar o dañar el recuerdo de los eventos (Restrepo, 2018). Un nuevo enfoque proviene de la noción de los sistema de símbolos perceptuales.
Sistemas de símbolos perceptuales
Se dice que almacenamos información de tipo multimodal que se combina en áreas asociativas para que en futuras ocasiones la recuperación pueda darse debido a la reactivación del conjunto de sistema sensoriales implicados en la experiencia original (Barsalou, 1999), es decir que hacemos simulaciones de las experiencias pasadas a través de las diversas sensaciones que tuvimos en ese momento, lo que nos sirve para recordar patrones de acción del pasado que nos permiten anticipar o planear a futuro e incluso imaginar cosas que nunca hemos experimentado (Dijkstra y Zwaan, 2014).
Adquisición de un evento por medio de sistemas modales. Nuestros sistemas perceptuales capturan información de una situación y esta es combinada en una representación específica para su futuro uso. Esta servirá para reactivar el estado original durante el evento.
Hallazgos
El hacer uso de acciones, gestos, situaciones congruentes entre momento a recordar y momento de recordar o las características de las cosas (como sus affordances, posibilidades de acción) pueden beneficiar el recuerdo de los eventos por medio de información sensoriomotora (Madan y Singhai, 2012). Pero ninguna manipulación del cuerpo es capaz de borrar un recuerdo semántico o episódico, solo recupera sensaciones o características parciales del momento.
Conclusión
Podríamos hablar del cuerpo como haciendo un papel enfocado a “revivir el recuerdo” en sus aspectos motores, perceptuales y emocionales y no tanto como cambiar el contenido del mismo (Ianí, 2019). Lo que probablemente lleve, en futuras investigaciones, a conjuntar el aspecto corporizado de la memoria con las investigaciones tradicionales sobre aspectos amodales o procesos de codificación y recuperación de información de recuerdos.
Vídeo complementario
El vídeo habla de la inclusión del paradigma de la cognición corporizada y sus diferencias con la propuesta del procesamiento de información y cómo es que nuestros recuerdos son re-experimentaciones.
Referencias
Anderson, M. (2003). Embodied cognition: A field guide. Artificial intelligence,149(1), 91-130,
https://doi.org/10.1016/S0004-3702(03)00054-7
Barsalou, L. (1999). Perceptual symbol systems. Behavioral and brain sciences, 22(4), 577-660. doi:10.1017/S0140525X99002149
Dijkstra, K. & Zwaan, R. (2014) Memory and Action. In Shapiro, L. The Routledge handbook of embodied cognition. (pp. 296-303). Routledge.
Gonzalez-Grandón, X., & Froese, T. (2018). Grounding 4E cognition in Mexico: introduction to special issue on spotlight on 4E cognition research in Mexico. https://doi.org/10.1177/1059712318791633
Ianì, F. (2019). Embodied memories: Reviewing the role of the body in memory processes. Psychonomic bulletin & review, 26(6), 1747-1766. https://doi.org/10.3758/s13423-019-01674-x
Madan, C. R., & Singhal, A. (2012). Using actions to enhance memory: effects of enactment, gestures, and exercise on human memory. Frontiers in Psychology, 3, 507. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2012.00507
Pecher, D. & Zwaan, R. (2005). Introduction to grounding cognition: The role of
Perception and Action in Memory, Language and Thinking. In Pecher, D. & Zwaan, R. Grounding cognition: The role of perception and action in memory, language (pp. 1-8) Cambridge University Press.
Restrepo, J. (2018). Cognición corporeizada, situada y extendida: una revisión sistemática. Revista Katharsis, 26: 106-130, Disponible en http:/revistas.iue.edu.co/index.php/katharsis